El mundo internacional, se conmueve cuando hablan de la unión de toda una familia, una región, un país, por el encentro de un ser humano; y es que no saben que nosotros los Peruanos somos unidos, y cuando tocan a nuestros familiares, nos blindamos y salimos cual fieras a defender lo que consideramos es nuestra verdad. Tras la perdida ya, de un ser humano como CIRO CASTILLO ROJO, un joven Universitario, un proyecto de vida, un hijo ejemplar, sólo nos queda ahondar en que la justicia sea por fin esa justicia transparente que nos lleve a la verdad, y nada ni nadie, la envenene con sus corruptelas baratas.
En paz descanses hermano, te queremos, porque fuiste parte de nuestras vidas, todos los días desde tú perdida, y nuestra mente no se podra borrar fácilmente tu recuerdo, y siempre será la de un chico risueño, con los ojos brillantes de proyectos, con sueños, con mucha vida por vivir; pues eso trasmites con tú imagen. LLevanos poco a poco a los que nos quedamos aquí a encontrar la verdad de tú deceso, la verdad que esconde lo enmarañado de tú encuentro, de tú búsqueda. Te querre siempre, porque me enseñaste que a lo lejos siempre se ve la luz.
Esperemos que las autoridades, hagan su trabajo con la neutralidad intaxta, y sin contratiempos propios de los que aún vivimos y tratamos de seguir enmarañando este capítulo.
A tú familia, mucha paz, y tranquilidad de saber que el hermano, hijo, está ya con Dios nuestro Señor, tranquilo y sin dolor.
En paz descanses hermano, te queremos, porque fuiste parte de nuestras vidas, todos los días desde tú perdida, y nuestra mente no se podra borrar fácilmente tu recuerdo, y siempre será la de un chico risueño, con los ojos brillantes de proyectos, con sueños, con mucha vida por vivir; pues eso trasmites con tú imagen. LLevanos poco a poco a los que nos quedamos aquí a encontrar la verdad de tú deceso, la verdad que esconde lo enmarañado de tú encuentro, de tú búsqueda. Te querre siempre, porque me enseñaste que a lo lejos siempre se ve la luz.
Esperemos que las autoridades, hagan su trabajo con la neutralidad intaxta, y sin contratiempos propios de los que aún vivimos y tratamos de seguir enmarañando este capítulo.
A tú familia, mucha paz, y tranquilidad de saber que el hermano, hijo, está ya con Dios nuestro Señor, tranquilo y sin dolor.